18 de diciembre de 2011

ROVELLONES SALTEADOS CON AJO Y PEREJIL (NÍSCALOS, ESNEGORRIS, FUNGOS DA MUÑA, PEBRASSOS, ESCLATASANGS, ETC.)

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 INGREDIENTES

500gr.Rovellones
2 o 3 Dientes de ajo
Aceite de oliva
Perejil
Sal



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PREPARACIÓN

Empezamos limpiando bien las setas, pero sin dejarlas en remojo porque pierden aroma y sabor.
Es suficiente rasparlas superficialmente con un cuchillo. También puedes pasarles un trapo húmedo
o bien utilizar un cepillo y cepillarlas suavemente.
A continuación, las ponemos en una sartén con aceite, les damos la vuelta para que se hagan tanto por arriba como por debajo y cuando empiecen a coger un poco de color, les echamos sal y una picadita de ajo y perejil, les damos un par de vueltas más y ya estarán listas para servir.

Sugerencia : Los podemos utilizar, como entrante o tapita o como acompañamiento de prácticamente cualquier tipo de plato, carne, pollo, pescado, etc. e incluso en una paella de arroz.
Y ya sólo falta desear, que os guste y os aproveche...

2 comentarios:

JJCardona dijo...

Hola Ángela. Madre mía, madre mía, madre mía. Fíjate lo sencillo que es cocinarlos y lo increíblemente buenos que son. Es pabraços están ricos de todas las formas con la que tu quieras cocinarlos… solos o acompañando a cualquier plato, incluso unos pabraços en la paella le dan un sabor impresionante.

Además, si sabes y te gusta salir a pasear por los busques buscando pabraços puedes pasar un gran día… aun que alguna vez no cojas ninguno…o, uno solo.
¿Que más puedo decirte des pabraços?. Que son en mi tierra… un sentimiento y una tradición.
¡Que facil es cocinar si los materiales son buenos y naturales... Menos “cucin” francesa y más cosa nuestras!

Esta receta, me recuerda el olor a tomillo y a romero del bosque.

Gracias guapa.Juanjo

Angela G.C dijo...

Querido Juanjo !
Muy cierto lo que dices, en nuestro País es una tradición que se pasa de padres a hijos, el ir al bosque a "buscar", "coger", "recolectar",
"cazar", etc. setas.
Quien no recuerda, una excursión con sus padres o abuelos y o hermanos, al campo a buscar rovellons, pebrassos o como queramos llamarles.
Muchas veces volvíamos con el cesto vacío de setas, pero lleno de ilusión, risas y vivencias con nuestros progenitores.

Eso si, siempre respetando la naturaleza, cosa que lamentablemente, no todo el mundo hace.

Y como bien dices, se pueden cocinar de maneras muy sencillas, pero como el producto es tan sabroso, siempre resulta un manjar.

Besos guapo !
Àngela